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septiembre 24, 2019
Artículo escrito por Roberto Escobar, Profesor Área Construcción y Procesos Industriales; Simón Briell, Asesor Área Construcción y Procesos Industriales y Felipe Núñez, Director de Carrera Área Construcción, Universidad Tecnológica de Chile, INACAP. En la actualidad, la eficiencia energética y el confort térmico de las edificaciones, se ha vuelto un tema de discusión en la industria de…
Artículo escrito por Roberto Escobar, Profesor Área Construcción y Procesos Industriales; Simón Briell, Asesor Área Construcción y Procesos Industriales y Felipe Núñez, Director de Carrera Área Construcción, Universidad Tecnológica de Chile, INACAP.
En la actualidad, la eficiencia energética y el confort térmico de las edificaciones, se ha vuelto un tema de discusión en la industria de la construcción. Dicha necesidad ha crecido, tornándose un desafío país, apuntando a la búsqueda de soluciones enfocadas a mejorar el uso y manejo de la energía industrial y habitacional.
Actualmente, Chile importa alrededor de un 60% del total de la energía primaria necesaria para funcionar (petróleo, gas natural, etc.). Según la Comisión Nacional de Energía, el sector residencial consume el 15% de la energía total a nivel país, por lo que la incorporación de nuevas tecnologías en edificación toma gran importancia, lo que resulta crucial para el desarrollo de nuevas políticas y programas, en torno al uso de la energía en viviendas. Entre las diferentes energías, la que impacta directamente a la construcción, es la necesaria para alcanzar el confort térmico.
Si una edificación no administra de buena forma su fuente energética, debido a que no cuenta con un sistema de aislación térmica, entonces requiere de reacondicionamiento térmico. Dicho reacondicionamiento es regulado por la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción y Planes de Descontaminación Atmosférica (PDA), en zonas saturadas con material particulado en la atmósfera. Ambas normativas imponen indirectamente nuevos estándares en la construcción de la envolvente térmica de las edificaciones, según su zona térmica. Estas indicaciones buscan reducir en un 30% aproximadamente, el consumo energético para calefacción de los recintos. Cabe mencionar que la intención es avanzar hacia el estatus de “cero emisiones” al año 2050, en cuanto a edificación residencial se refiere.
El reacondicionamiento térmico busca mejorar las condiciones de confort térmico de una vivienda, con el fin de que las personas alcancen la sensación de bienestar considerando la materialidad de la edificación y su efectividad energética entre otros.
La realidad nacional muestra que más del 60% del combustible empleado para calefacción residencial, en la zona centro y sur de Chile es biomasa, particularmente leña, lo que ha ocasionado que las ciudades de dichas zonas, lideren en los últimos años, el listado de ciudades con altas concentraciones de material particulado MP 2,5 en América Latina, de acuerdo con el estudio de calidad de aire de la empresa IQ Air. (PDA Talca-Maule, 2016), (PDA Temuco-Padre Las Casas, 2015), (PDA Coyhaique, 2016).
Si bien la biomasa es un buen recurso energético, el uso indebido genera contaminación atmosférica y erosión del suelo. Esto ha impulsado el desarrollo y puesta en marcha de regulaciones que promuevan la existencia de una matriz energética limpia, eficiente en el ciclo energético y responsable con los recursos naturales locales, respetando y protegiendo no sólo a las comunidades sino también al medioambiente.
INACAP en la búsqueda de contribuir de manera significativa, cuenta con un proyecto en desarrollo, enfocado en la medición (no destructiva) y análisis de la transmitancia térmica
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