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febrero 27, 2023
Previo a iniciar el proceso de adopción de BIM, se aconseja a las empresas realizar un levantamiento de la situación actual de la organización, la cual permite identificar las capacidades actuales, así como las brechas relacionadas con BIM, las cuales no guardan relación solamente con su capacidad tecnológica sino que principalmente con otros aspectos organizacionales,…
Previo a iniciar el proceso de adopción de BIM, se aconseja a las empresas realizar un levantamiento de la situación actual de la organización, la cual permite identificar las capacidades actuales, así como las brechas relacionadas con BIM, las cuales no guardan relación solamente con su capacidad tecnológica sino que principalmente con otros aspectos organizacionales, relacionados con los procesos y las personas.
El diagnóstico revela la condición actual de la empresa en cuanto a su capacidad digital; las principales problemáticas relacionadas con la productividad en los proyectos; las áreas o promotores proclives al cambio y las resistencias de los colaboradores. También permite definir una línea base, sobre la cual se establecerán metas y se medirán indicadores del avance de la adopción de BIM en el tiempo.
Existen variados instrumentos para desarrollar este diagnóstico o autoevaluación llamados Matriz de Madurez BIM. El uso de un instrumento único y consensuado por parte de la organización facilitará una comprensión común de BIM y el seguimiento anual de su evolución.
Para ello, CTEC ha elaborado un instrumento de medición y diagnóstico que conjuga los aspectos del Estándar Nacional BIM y la ISO 19.650 parte 1 y 2.
Posterior a ello, y entendiendo las problemáticas recurrentes de la empresa en cuanto a la ejecución de proyectos, es que se define la propuesta de valor de BIM para la organización y los beneficios esperados, así como también, se desarrolla una estrategia de adopción con objetivos, metas y etapas, que describe acciones clave relacionadas con cada uno de los pilares de la implementación. Además, se define una hoja de ruta de la implementación, la que, en conjunto con la estrategia, se documenta y socializa por medio de un documento estratégico llamado Plan de Implementación BIM (PIB).
El camino hacia el cambio debe ser respaldado por toda la organización, evitando que sea una iniciativa exclusiva de un área, o únicamente a nivel de un proyecto. Dicho respaldo suele ser planificado y documentado por medio de un Plan de Implementación BIM (PIB) que define los pasos a seguir de manera progresiva y controlada en el tiempo, para la transformación de los métodos actuales de trabajo -caracterizados por una falta de gestión estandarizada de la información- hacia un método colaborativo.
Un PIB es el documento desarrollado a nivel organizacional, por medio del cual se formaliza la estrategia que utilizará la empresa o institución para adoptar la metodología. Entre otras cosas, en este plan se definen: plazos, procesos, roles BIM, flujos de trabajo colaborativo Usos BIM, e inversiones en distintos niveles organizativos de una empresa, entre otras cosas.
A modo de referencia, un Plan de Implementación BIM puede estar estructurado en los siguientes capítulos:
Un plan de implementación BIM comenzará con un diagnóstico para detectar las capacidades de los equipos, la cultura de estandarización y colaboración presente en la institución, los objetivos organizacionales, el marco temporal y la disponibilidad económica, entre otras variables. Es importante en este punto ser conscientes del retorno esperado, la disponibilidad del equipo, la experiencia, las capacidades y los activos que ya existen.Cuando se alcanza mayor claridad del cómo está la empresa y hacia dónde se planea avanzar, se continúa con formalizar el Plan de Implementación y, una vez aprobado, se avanza en su ejecución para llegar a la última etapa de consolidación. En resumen, un proceso de implementación estará dividido fundamentalmente en las siguientes etapas:
