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abril 8, 2020
Columna escrita por José Luis Salvatierra, PhD Construction Management. Coordinación Área Construcción DIC Universidad de Chile . Distante a otras industrias, el sector de Ingeniería y Construcción ha tardado años en adaptarse a nuevas formas de concebir los proyectos de inversión, adoptar nuevos modelos de gestión, nuevas tecnologías, y por cierto nunca ha experimentado una…
Columna escrita por José Luis Salvatierra, PhD Construction Management. Coordinación Área Construcción DIC Universidad de Chile .
Distante a otras industrias, el sector de Ingeniería y Construcción ha tardado años en adaptarse a nuevas formas de concebir los proyectos de inversión, adoptar nuevos modelos de gestión, nuevas tecnologías, y por cierto nunca ha experimentado una gran transformación con el fin de mejorar sus resultados de productividad en las últimas 5 décadas, manteniendo resultados estancados e incluso con tendencia a la disminución.
En estos últimos años han surgido en Chile diversas iniciativas desde el gobierno, algunas de ellas hoy transitan hacia la autonomía, y otras ya han mutado de acuerdo con la visión de los precursores de estas ideas. Bajo este contexto, una de ellas es el Consejo de Construcción Industrializada, iniciativa impulsada por el Programa Construye2025 que, en términos generales, busca promover las oportunidades que ofrece la industrialización en el sector de la construcción, desde etapas tempranas de los proyectos, con una mirada integral de la cadena de valor, apuntando a una mayor productividad y sustentabilidad en las obras.
A simple vista resulta ser un desafío muy ambicioso, el cual por si solo requiere de una Hoja de Ruta hacia el 2025, siendo quizás lo más complejo la integración de la cadena de valor desde etapas muy tempranas, bajo una visión compartida del negocio. Lo anterior, se visualiza como uno de los mayores retos para una industria fragmentada por su naturaleza, organizacionalmente dinámica (al operar en parte importante por proyectos) y que gestiona un gran número de subcontratos, con los cuales mayormente sentamos un acuerdo contractual basado en términos comerciales más que de colaboración o alianza estratégica. Si se quiere como industria cada vez más productiva, sumado a lo anterior, es posible observar algunas brechas actuales, entre las que destacan:
Carencia de una definición transversal de Industrialización: El concepto de industrializar las actividades de construcción no es nuevo, es sabido que existe un amplio rango de técnicas y conceptos. Sin embargo, hoy el concepto es mucho más complejo, con varias definiciones superpuestas, incluyendo: Producción Fuera de Sitio; Fabricación Fuera de Sitio; Prefabricación; Métodos Modernos de Construcción (MMC); Construcción Industrializada; Construcción Modular; entre otros. Para evitar confusiones, la industria y organismos gubernamentales, deben definir niveles de industrialización de acuerdo con las técnicas de construcción usadas en Chile, lo anterior para una mayor objetividad de los resultados difundidos por las empresas de prefabricados y/o industrializadoras disponibles en el mercado actual.
Limitado desarrollo de información para gestionar la cadena de valor: La industrialización en cualquiera de sus concepciones anteriores, requiere el desarrollo de información a nivel de procesos y tecnologías que soporten la gestión de proyectos a lo largo de la cadena de valor. La nueva forma de concebir el proyecto impacta en todos los aspectos, desde los términos comerciales, estrategias de adquisición y contratación, configuración de recursos y equipos de trabajo, estándares y procesos para asegurar la calidad del producto y del proyecto final, así como un sistema de gestión basado en la excelencia operacional que se relacione con las tecnologías, siendo BIM un componente esencial, para este último y en función del gran número de alternativas prefabricadas que ofrece la industria actual, se debe generar información parametrizada, estandarizada y transversal a la industria. Actualmente, un simple proceso como es velar por la correcta ejecución del proyecto, carece de procesos y protocolos de organismos públicos actualizados para un sistema de construcción industrializado.
Desactualización de Programas Curriculares: Actualmente, las carrearas profesionales y técnicas en el sector AEC, están diseñadas para una forma de construcción tradicional, son limitadas las oportunidades que se encuentran mayormente vinculadas a programas de educación continua. En ese sentido, se debe avanzar en una agenda de capacitación que fortalezca las competencias actuales de los profesionales y el gremio, a través de temáticas tales como: Gestión de la Cadena de Suministro y Logística, Excelencia Operacional o Lean, Gestión de Procesos, Optimización y Simulación, Montaje y Lógica de sitio, etc.
La clave para avanzar en una industria más productiva, como respuesta a los objetivos iniciales de los programas de gobierno, es comprender que la industrialización no es mover las líneas de ensamblaje o producir productos en fábrica, sino que es el propio sistema de producción el que debe producir productos de manera eficiente. Así, la industria manufacturera ha logrado una ganancia de productividad a través de la innovación continua en la gestión e integración de la cadena de valor desde los procesos comerciales claves para toda la cadena de suministro. Ahí está el desafío, en la gestión eficiente de la cadena de valor más que en la optimización de un macroproceso, ligado a la transformación de componentes en una solución habitable.
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